Si te apasiona, NO es trabajo...MENTIRA.
La calle me ha enseñado muchas más cosas que la universidad y con esto no quiero decir que he sido un vagabundo o alguien el cual haya pasado por situaciones precarias de supervivencia, pero, si quisiera hablar un poco de lo que este simple título significa para mi.
Habrán leído en muchos artículos, revistas o hasta fotos con textos en instagram, “si te apasiona, no es trabajo”, “haz lo que te apasiona y serás feliz de por vida”, etc etc. y aunque no difiero del todo en este texto, te contaré un poco de mi historia para que veas la realidad de lo que esas palabras significan.
De chiquito me enseñaron que tenía que ser como mi papá, comerciante, de hecho me llevaban los fines de semana a sus negocios para empezar a lidiar con las labores habituales de estos lugares y no voy a negar que lo disfrutaba, claro está, que era pequeño y me pagaban con chucherías, sin enseñarme el real valor del dinero, cómo ganárselo y cómo gastarlo inteligentemente.
Me recuerdo que a donde mas iba era a la licorería o el autolavado, en donde con mis habilidades de venta que había desarrollado con el tiempo podía venderle hielo a un esquimal. Era un As de las ventas sobre todo ofreciendo productos o servicios adicionales al que venía solicitando el cliente, “había encontrado lo que me apasionaba”, y aunque invertía todos mis fines de semana trabajando porque durante semana estudiaba, no lo consideraba trabajo porque me lo estaba disfrutando mucho.
Un día después de una discusión, decidí no ir a trabajar ese fin de semana y pasar el día en un parque pensando, analizando lo que había sido para mi los últimos 20 fines de semana los cuales había estado con mi padre en el auto-lavado. En ese momento entendí que la pequeña discusión que había tenido (la cual no recuerdo hoy en día cuál fue), me había hecho darme cuenta que había invertido los últimos 5 meses en un lugar en donde solo era un simple vendedor y si algún día un motivo de salud o de simplemente querer hacer algo diferente me iba a desvincular totalmente de ese ingreso que me pagaban el domingo después de dos arduas jornadas de 11 horas por día.
Concluí también que había trabajado duro durante cada día que estuve presente y que mi pasión por las ventas ya era un oficio que odiaba y me había hecho perder algo que nunca volvería el tiempo. Ese pequeño amigo con cada vez se hace más y más grande y de repente es tan grande que no saber cómo digerirlo, no sabes cómo enfrentarlo y mucho menos que hacer con lo que pasará si lo dejas seguir creciendo sin hacer nada, el tiempo.
Qué iba a hacer ahora?
En qué negocio trabajaría ahora que le había agarrado “el gusto” al dinero.
Cuánto tiempo me tardaría encontrando un nuevo negocio o trabajo que me apasionara?
Fue ahí cuando mi mismo padre me ofreció un 25% de las acciones de una tienda de motos. Te voy a confesar en ese momento de mi vida ni una moto había manejado en mi vida, ni tenía idea de cómo llevar un negocio, porque simplemente había sido un vendedor y como “me apasionaba” tanto las ventas no me había enfocado en aprender de las finanzas de la empresa anterior.
Pasaron 3 meses en los que mi mente se abrió demasiado y en donde después de, no solo aprender a llevar la administración de la empresa, sino, haber optimizado todos los procesos para que mi trabajo dependiera de una pequeña inversión de dos horas diarias, me di cuenta que quería expandirme, buscar nuevos horizontes (sin pensar en ningún momento en renunciar a la tienda de motos). Importaciones, ventas al mayor y al detal de un sinfín de productos vinieron después de tantas horas de ocio al día.
Comida, ropa, perfumes y muchas otras cosas más me dedique a importar para ampliar mi cartera de negocios y seguir persiguiendo el dinero el cual dependía 100% de mis habilidades y si no salía un día a vender o cobrar, no llevaría “pan a mi casa”.
Diciembre de 2014, entre tantos rebusques, negocios y diversificación que tenía en mis ingresos, no me enfocaba ni al 40% en cada uno de ellos y fue cuando por apresurado en un negocio perdí una suma de dinero en una estafa que equivalía al menos a 8 años de trabajo haciendo exactamente el doble de lo que hacía cada mes o 16 de años de trabajo si hacía lo mismo, pero no quería sonar dramático.
Sí, estaba hundido, destruido, y sobre todo desmotivado. Ya no le encontraba ese amor con el que trabajaba todos los días de lunes a sábado en paralelo con mi universidad y hacía crossfit, creo que fueron pocos los domingo que decidía salir de la comodidad de mi cama para viajar, disfrutar o simplemente dar unas vueltas a refrescar la mente, pero que tanto? “Si me apasionaba, no era trabajo”
Podría seguir escribiendo lo que vino después, pero dejémoslo para otro artículo porque si que es un cuento largo. En resumidas cuentas emigré emprendí un negocio que ese si que me apasionaba al 100% nunca me había sentido igual y además ganando en dólares. “La solución a todos mis problemas”, hasta que un pequeño inconveniente repitió la misma historia de mis experiencias anteriores y fue cuando me senté frente a un espejo y tuve la conversación más decisiva de mi vida.
Había perdido las ganas de vivir, nada me apasionada.
No tenía ganas de salir a la calle, de trabajar ni de ganar dinero.
No había negocio atractivo para mí, prefería ser empleado cobrando 15 y último sin ninguna preocupación o riesgo.
Ya no había vuelta atrás y la decisión estaba casi tomada.
Fue entonces cuando un par de cachetadas y una extensa reflexión me hicieron dudar de mis pasiones por el trabajo. Y llegue a la siguiente conclusión.
La vida es una rueda, y las pasiones cambiarán aunque parezca loco, si, las pasiones no siempre serán las mismas, y el trabajo no siempre te apasionará a veces simplemente tienes que hacerlo y ya. Emprender en lo que te apasiona, tal como hago ahorita con mi empresa de turismo y proyecto de viajes con mi novia. seguramente te dará más trabajo del que te imaginas, mucho, mucho más trabajo.
Hoy te gusta vender productos al detal, mañana prefieres brindar servicios y pasado ser fabricante. El asunto está en que pienses siempre en ti primero. Cada ser humano debe ser autosuficiente en todos los sentidos, pero el más importante de ellos es su propia felicidad, y de ti mismo debe depender tu felicidad. No sacrifiques por tus pasiones tiempo para ti, sobre todo viajando.
Viajar es el único gasto que te hace más rico y es por todo ese tiempo que tienes para relajarte y pensar en y para ti mismo.
Qué es lo que más te beneficia
Son tus pasiones actuales, tus verdaderas pasiones o hay algo que te motiva mucho más
Tienes que trabajar más de lo que esperas por esa pasión que no le ves los frutos?
Te preguntas qué pasaría si emprendes un nuevo camino?.
Cierro este artículo con una frase de mi padre, al cual amo mucho y aunque aprendo mucho de él todos los días, nunca terminé haciéndole caso en lo que debería ser en la vida ni trabajar, y es una de las decisiones más difíciles y acertadas que he tomado.
“Si un problema tiene solución para qué molestarse?; y si no tiene solución para qué molestarse?”